Su privacidad es importante para nosotros

Utilizamos cookies propias y de terceros que permiten el funcionamiento y la prestación de los servicios ofrecidos en el Sitio web, así como la elaboración de información estadística a través del análisis de sus hábitos de navegación. Al pulsar en Aceptar consiente expresamente el uso de todas las cookies. Si desea rechazarlas o adaptar su configuración, pulse en Configuración de cookies. Puede obtener más información en nuestra Política de Cookies.

  • Cookies necesarias Las cookies necesarias ayudan a hacer una página web utilizable activando funciones básicas como la navegación en la página y el acceso a áreas seguras de la página web. La página web no puede funcionar adecuadamente sin estas cookies.
  • Cookies de estadística Las cookies estadísticas ayudan a los propietarios de páginas web a comprender cómo interactúan los visitantes con las páginas web reuniendo y proporcionando información de forma anónima.
  • Cookies de marketing Las cookies de marketing se utilizan para rastrear a los visitantes en las páginas web. La intención es mostrar anuncios relevantes y atractivos para el usuario individual, y por lo tanto, más valiosos para los editores y terceros anunciantes
Retos   Fundación para la Diabetes

Testimonios del Reto

Testimonios de los participantes del Reto Camina por la Diabetes a Santiago:

 

“Mi reto personal”

Eusebio Diez Pinilla. Asociación de Diabéticos de Zamora.

Un Reto es un objetivo/propósito que supone un desafío a nivel personal para quien quiere demostrarse a sí mismo que puede luchar por cumplir esa meta. Un propósito que requiere  de enorme esfuerzo y voluntad para alcanzarlo a través de un plan de acción marcado previamente.

En mi caso, he querido marcarme como Reto personal este año, el Reto Camina por la Diabetes, Camino Portugués propuesto por la FD y que realizaremos el próximo 3 de  junio de 2018 desde Tui hasta Santiago de Compostela,  120 Km de recorrido junto con compañeros,  amigos y profesionales donde nos pondremos a prueba junto con nuestra diabetes.

Lograremos nuestro propósito siempre y cuándo superemos nuestras barreras mentales…. Y es que, como dice el lema de la Fundación para la Diabetes en su Campaña Reta a la Diabetes “Con diabetes, se puede” sólo hay que querer.  Sin olvidar,  la preparación previa,  la planificación de los entrenamientos,  el mejorar la alimentación,  la constancia y sin perder de vista el objetivo. ¡Hacer el Camino!

Junto a mi asociación hemos trabajado y estamos trabajando unidos,  al servicio del grupo, construyendo rutas a las que, poco a poco, se han ido sumando compañeros con diabetes y a  las que hemos ido añadiendo dificultad según íbamos entrenando. Ayudando  a crear el interés por aprender sobre diabetes.

Este es el segundo reto que realizo con la Fundación para la Diabetes,  que me permitirá conocer gente nueva, que como yo, quiera ponerse a prueba, conocerse mejor a sí mismo y aprender sobre diabetes. Tengo una gran ilusión por compartir la experiencia en un grupo de caminantes, donde lo que predomine sea la amistad, la lealtad, la colaboración, etc… Donde ninguna enfermedad física o mental pueda con la salud del camino.

¡Buen camino!

 

"Superando Retos"

Marisa Ruiz. Asociación Diabetica AURIA.

Me llamo Marisa Ruiz y soy enfermera educadora en diabetes. Recién jubilada dedico mucho de mi tiempo a colaborar con la ASOCIACION DIABETICA AURIA DE OURENSE. Desde la perspectiva que me da mi vida os puedo decir que he ido planteándome reto tras reto y, modestia aparte, consiguiendo hacerlos realidad.

Con 14 años soñaba con ser maestra o enfermera. Con 15 ya lo tenía claro.

Recuerdo aquel reto de querer ser enfermera. No fue fácil pues mi familia económicamente lo tenía que asumir con gran dificultad, pero con 17 años hice mi maleta y me fui a estudiar A.T.S. a Salamanca.

Las prácticas de la carrera hicieron que me diera cuenta de la importancia de  poder comunicarme, no sólo con los pacientes, sino con sus familias.

Los veía muy "perdidos" y con muchas dificultades para comprender los tratamientos médicos y realizar los cambios que la enfermedad les obligaba a hacer en su vida... y yo no sabía cómo ayudarles…

Esta asignatura no estaba contemplada en la carrera.

Trabajé mucho para lograrlo pero finalmente !reto superado!

Después los retos se multiplicaron: trabajo, familia, maternidad, más trabajo y estudio para poder ser Enfermera Puericultora (trabaje unos 10 años en la UCI de Pediatria).También tocó estudiar para convalidar el título de ATS por el de Diplomado en Enfermería.

Años después mis padres debutan con una diabetes tipo 2. Fue en este momento cuando me di cuenta de que ser enfermera no era suficiente para poder ayudarles. Comprendí que en el mundo que me rodeaba había muchas personas con diabetes y todas tan perdidas como nosotros. Así que me planteo un nuevo reto: formarme como enfermera educadora en diabetes. Y con 40 años me pongo a ello.

Afortunadamente en este plan de estudios se contemplaba aquella asignatura que yo había echado de menos en mi carrera: la comunicación con los pacientes y sus familias. El esfuerzo fue grande. Mi empresa no colaboraba en nada. La familia demandaba toda mi atención y no se podía dejar de trabajar.

Pero un año después de nuevo pude decir aquello de ¡reto superado!

Esto influyó a enfocar mi vida laboral como enfermera educadora en diabetes. Los retos en esta consulta se sucedieron día sí y día también.

Y justo cuando me jubilo se plantea por parte de FUNDACION PARA LA DIABETES un nuevo reto en el que puedo participar como enfermera educadora "Realizar desde Tuy el tramo del Camino Portugués hasta Santiago".

Y aquí estamos....14 personas dulces trabajando en ello.

Vamos pasito a pasito, pero pisando firme.

Porque no se trata sólo de hacer “andainas” conjuntas (algo que en principio nos parecía el reto más difícil de asumir), las estamos haciendo a buen ritmo y sin grandes complicaciones.

Se trata de hacer "piña". De comprender que unos vamos a depender de los otros. Mi reto es llevar este grupo hacia adelante.

Hemos realizado talleres de repaso de alimentación, de técnicas de insulina y autocontrol, de cómo solventar complicaciones, de cuidados de los pies ...

Estamos comprobando cómo la actividad física está influyendo en el control de nuestra diabetes. Nos está obligando a replantearnos ajustes de tratamiento y alimentación.

Las etapas están muy controladas. Registro de glucemias, comentar incidencias intercambio de opiniones e  impresiones…Mi reto es dejarles hacer a ellos, estar ahí pero que las decisiones (con más o menos éxitos) las tomen ellos. Es momento de recordar o de aprender, de coger confianza. Pero lo mejor es que ya somos un equipo!. Enseguida miramos si vamos todos. Si alguno se queda atrás el grupo se para, se preocupa por el rezagado.

En nuestras andainas previas, hemos tenido hipoglucemias severas y, pese a ello, el grupo pudo seguir caminado. "Yo tengo un gel de glucosa" "toma un zumo que traje y no lo necesito…" "vamos a descansar hasta que estés mejor…".

Una hiperglucemia que no quiso remitir hizo que una peregrina no pudiera acabar la etapa....Pero una compañera renunció a seguir y la acompaño a casa. El grupo se compacta!.

Yo estoy convencida de que este grupo está preparado para peregrinar a Santiago y que también muchos de sus miembros mantendrán esta nueva amistad.

Desde la Asociación Diabetica AURIA estamos implicados de lleno en este reto. Os deseamos a todos " buen camino"!.

Damos las gracias a FUNDACION PARA LA DIABETES  por confiar en nosotros y esperamos el día 9 de junio poder decir muy alto y todos juntos ¡RETO SUPERADO¡

 

Baltasara Carmen Castro Salamanca y Antonio del Amo Barrios.

Asociación de diabeticos de Zamora (ADIZA)

Hemos sido dos de los agraciados para realizar el RETO A LA DIABETES. Ahora es el momento de sacar conclusiones y estas son las nuestras

Como todo ha sido totalmente novedoso, el reto se ha convertido en más fuerte. Algunos no habíamos hecho nunca el camino, cambiar de alojamiento todos los días, secar la ropa para el día siguiente, madrugar, dejar preparado el equipaje, desayunar y ponerse en camino, todo ello en tiempo record. Personas a las que no conocíamos y que iban a ser nuestros  compañeros de viaje, de caminatas, de ilusiones, de alegrías, de cansancios, de penalidades por la lluvia, lesiones, compañeros de habitación. Todo esto ha hecho que nuestro espacio vital sea mucho más reducido y surgen las simpatías, la solidaridad, las nuevas amistades, los egoísmos y, como no, los roces.

Para la Fundación, y los que la habéis representado de una forma directa, sufristeis los mismos inconvenientes y gozado de los mismos logros. Aunque ya tenéis alguna experiencia, también se han añadido novedades aunque nada más sea por el número de participantes, que multiplica la diversidad de problemas que día a día van aflorando y a los que hay que ponerle remedio sobre la marcha y no siempre a gusto de todos. Además, los que tenemos bastantes canas, generalmente, damos más problemas y somos más exigentes.

Los que aquí hemos participado, somos una pequeña muestra de nuestra sociedad. Estábamos personas de diferentes edades, de diferente forma de pensar, unos más tolerantes, más generosos, con más salud, más alegres, más disciplinados, a los que todo les parece bien, otros, más intransigentes, más egoístas, con menos salud, más serios, más a su aire, más protestones. En fin… la diversidad… Pero una sociedad no se mide por lo que un individuo hace bien o mal, sino por lo que el conjunto logra, y si esa sociedad es próspera el conjunto funciona y si es decadente el conjunto tiene que mejorar. Para nuestro reto creemos que habría que usar el mismo criterio.

Nos preguntamos: ¿Funcionó el reto? Por supuesto!. Entonces vamos a dejar los comportamientos individuales  que no nos hayan gustado como meras anécdotas, y que no dejan de ser fruto de esa diversidad que debemos respetar. Hay otros comportamientos, creemos, más difíciles, que afectan a la moral del grupo, y que socaban los valores nobles, pero, afortunadamente, son los menos.

Deseamos que nuestra participación en este reto y lo conseguido, sirva a otros de acicate para emularlo, mejorando así su calidad de vida manteniendo a raya la diabetes, y que todos sigamos aumentando nuestros conocimientos en lo relacionado con esta enfermedad, para así seguir mejorando nuestra salud, y agradecer que la FUNDACION PARA LA DIABETES haya puesto a nuestra disposición medios tan potentes para ayudarnos a conseguirlo.

Por último agradecer a todos los que habéis dedicado y seguís dedicando vuestro tiempo, con tanta generosidad, para protegernos de diversas formas en el camino. Muchas, muchas gracias a todos.

¡HASTA EL PROXIMO RETO!

 

Máximo Vega Álvarez. (Maxi)

Asociación de Diabéticos de Zamora (ADIZA).

No sé cómo expresarme, en estos momentos siento y añoro el Reto, los/as amigos/as, las vivencias, en defi­nitiva todo en sí, ¡me ha enganchado!

La experiencia, para volver a repetir si tengo y me dan la oportunidad.

He tenido la suerte de convivir con personas que co­mo yo tenemos dia­­betes, de todos he aprendido mucho y ¿sabéis que? Me he traído lo mejor de cada uno, con eso me quedo; a pesar de ser todos muy distintos, sin duda todos habéis dejado vuestra marca en mí, hemos tenido jornadas más o menos duras, sobre todo muy mojadas, hemos formado parte de un todo, (EL RETO) y lo hemos logrado, eso es lo que im­porta, lo realmente interesante, hemos demostrado que si queremos podemos y es que ¡sí queremos!

El gran premio no sólo ha sido “La Compostela” siendo realista… hemos mejorado nuestra salud, hemos demostrado que la diabetes se puede con­tro­lar, que no nos impide hacer una vida plena.

He disfrutado cada día con vuestra presencia, hemos compartido infor­mación sobre diabetes, también personal y familiar y a esto yo lo llamo amistad, confianza.

Animaros para recorrer esos caminos otro año, yo estoy muy motivado no sólo por controlar mi diabetes, también porque  ahora tengo una gran his­toria que no un cuento para contar a mis nietas, las cuales cuando se ente­raron, pregun­taron ¿Cómo el abuelo se iba de campamento? Y en su ima­gi­nación se han formado la imagen de que el abuelo tenía que dormir en el suelo como cuando ellas van de campamento, la próxima vez que nos veamos ya tengo tarea para contarles y contestar al bombardeo de pre­guntas y si, se me caerá la baba contándoselo.

Espero que sigáis haciendo retos, ya estoy preparándome por si me dan otra oportunidad para volver y disfrutar del reencuentro, volver a compartir esos momentos tan emotivos que hemos vivido.

Agradezco de todo corazón a la organización que nos acogió y trató como si de una madre se tratase, trabajando maña, tarde y noche por todos noso­tros, han estado siempre y en cada momento disponibles para facilitarnos el camino, nos lo ha hecho mucho más fácil, mucha generosidad por su parte ¡Buen trabajo!

A todos/as los diabéticos/as si podéis ¡intentarlo!, veréis que buena sen­sación queda.

Muchas, muchísimas gracias a todos por estar.

Si se puede, hasta el próximo año.

 

José María Peral Disdier

Asociación Diabetes Valladolid (ADIVA)

Cuando comenzamos el camino, pensé en aquella famosa frase, « toda travesía por muy larga y dura que sea, comienza con un primer paso » y ésta, la mía, comenzó emocionalmente en la estación de Valladolid, aunque realmente fuese en la escalinata de la catedral de Tui.

Primera hora del día dos de junio. Siete personas entramos en un vagón ya oscuro y nos acomodamos en los asientos. La noche prometía larga y así fue, alguna cabezada y empezamos a seguir la ribera del río Sil. Atractiva vista, no pudimos ver “la Ribeira Sacra”, la noche no dejó divisar tanta belleza…, pero pasado Orense, el Sil ya se había unido al Miño, y la belleza, ya más serena que la que recordaba de los viñedos de la Ribeira, la pude disfrutar desde la ventana del tren, tanto de ese bonito río como de las orillas con una verdosa y espesa vegetación.

A partir de ahí, y llegados a la estación de Tui, comienza un fantástico recuerdo plagado de gente, de mucha gente, gente con ganas de ayudar, gente guapa y sonriente (Los Ángeles de la Fundación, decir las chicas de la Fundación parecería una alusión a aquellas de la Cruz Roja, y las nuestras eran más, mucho más), y bastantes, varios, así como... una centena de compañeros de viaje, de diversos sitios de España y Portugal, todos con mucha ilusión, muchas zancadas que dar y muchas, muchas «plumas de insulina» que descargar!

Y pasamos ríos, bosques (Wenceslao Fernández Flores y su « bosque animado » estaba en cada trayecto), preciosos puentes y cruceiros que ambientaban cada uno de nuestros pasos. Algún bonito Pazo, el de Mos, nos salió al camino, y el de Redondela nos dio de cenar y por supuesto pueblos maravillosos. “El bosque animado” es el de San Salvador de Cecebre, una parroquia de Galicia, rugosa, frondosa y amena. Y aquí, por la zona de las rías bajas, nos metimos en unos cuantos bosques, pasando por las Gándaras de Buiños,  y todo era igual que en el libro, cuando un hombre consigue llegar a la fraga se entera de muchas historias... Entonces se comprende que existe otra alma allí, infinitas almas: que está animado el bosque entero. 

Además, solo teníamos que ser un poco observadores,  si nos acercábamos a un roble o eucalipto, descubríamos bajo la seductora y mágica sombra (que más bien nos sirvieron de “paraugas”, pues no paró de llover), los latidos ocultos del alma humana en consonancia con la naturaleza.

Alguna cuesta que subir, y algún bombón para evitar las hipoglucemias, así no teníamos riesgo de desmayos, pero sí teníamos hiper "zampada de chocolate", para incentivar los michelines que ya se veían escasear en nuestro abdomen.
No faltaron unas informativas e instructivas charlas: el pie diabético, el paciente activo (parece el título de una película), alimentación, ejercicio... cada médico y enfermera dando lo mejor de ellos. Y estar más informados, nos hacía ser más sabios de nuestra propia enfermedad.

Una frase nos dirigió Javier, el médico de Zamora, mejor dicho: “EL MÉDICO” que se emocionó y nos emocionó, y cuya esencia era algo así como, “no camines delante ni detrás de mí, camina junta a mí”, en clara alusión a la esencia de la medicina y el médico como amigo y compañero en la vida. Aplicándolo a él y a todas las excelentes enfermeras (y yo resalto en especial Marisa de Orense que me curó un dedo del pié e hizo posible que pudiera seguir con mi marcha y Charo nuestra ATS de Valladolid, que nos pasaba pacientemente revista todas las mañanas).

A ellos, a todos ellos, dirijo esta frase, en agradecimiento profundo a su labor, tomada de una película “El viaje de Arlo”, sobre el viaje iniciático en la vida de un tímido dinosaurio, quién después de perder a su padre en una tormenta, emprende, un viaje de vuelta a su casa que le hará enfrentarse con sus miedos, y que nos viene al pelo para afrontar nuestra diabetes, nuestra vida y por supuesto seguir con nuestro camino, pero siempre con el apoyo de nuestros médicos y enfermeras:  

« Puede que el mundo se rompa a tus pies, si tú no puedes yo te ayudaré, juntos podremos vencer a los miedos; somos la herida y la cura en el tiempo ». El Viaje de Arlo.

También hubo hueco para escaparme solo por alguno de los pueblos y ciudades, por sus calles y plazas. Porriño, con sus edificios de Antonio Palacios (busqué la boca del metro de Callao y la encontré) y Redondela, donde los Chocos en su tinta, merecen un monumento (recomendados por Eduardo, el cocinero de barco de Santiago que formaba parte de ésta “expedición”) o tomar unas tazas en “O Muiño” en Caldas de Rey propuesto por Juan, nuestro jefe de máquinas. Respirar la brisa del cercano mar Atlántico, tomar conciencia, reflexionar y meditar, pensar en mi vida y también en esta enfermedad que ya es parte de ella. Tuve tiempo de visitar a la Virgen Peregrina, de cuyo sello y pulsera, estoy profundamente orgulloso, así como del sello de la parroquia de San Bartolomé, antiguo edificio de los Jesuitas deshabitado como consecuencia de una de las desamortizaciones del SXIX, y ahora parroquia. Hablé con el encargado de la iglesia y visité sus múltiples capillas, de donde destaco “el Cristo de las ánimas del purgatorio”. Y aquí otra vez, volvemos a Fernández Flórez y la Santa Compaña del bosque encantado, otra constante de éste viaje. Y por supuesto abracé a Valle Inclán, mi querido Don Ramón, que luce a pie de calle en Pontevedra, al que di un fuerte abrazo y le susurré que diese recuerdos a Max Estrella allí donde se encuentre, porque sabe, que siempre que voy a Madrid, paso por los espejos del callejón del Gato, para reírme un poco de mí mismo.

Y llegamos a Santiago, con alguna lágrima en los ojos y las suelas más gastadas. 

Abrazamos al Santo, escuchamos la misa del peregrino y vimos balancearse el botafumeiro.  Nos cantó una coral en la plaza de la azabachería. De nuevo un paseo en solitario y más lluvia…

Por último, deciros: “peregrinos ha sido una experiencia fantástica compartir este camino junto a vosotros”. SUERTE!

 

"Mi Camino"

Pilar Martínez Gimeno. Asociación Diabétes Madrid

Se dice de muchas maneras, de tantas maneras como peregrinos lo transitan.

Para muchos “La meta es el Camino”

Para otros “Hay que dejarse llevar por el Camino”

Y también están los que piensan: “Deja que te hablen los lugares que pisas.”

Personalmente, hice un cóctel de pensamientos, emociones propias y experiencias de otros que me fueron llegando y alimentando mi espíritu.

Mi camino comenzó el mismo día que Ana Mateo me propuso participar en el proyecto Reta a la Diabetes de la Fundación.

Fueron meses los que precedieron el inicio.

Meses formando grupo, entrenamientos personales, salidas grupales, clases especiales, entusiasmo… ilusión… esfuerzo… disciplina y un sueño con rumbo al que llegar.

Sin embargo, a veces, un simple paso cambia por completo tu destino.

Un paso inoportuno, imprevisible, mal calculado, produce giros inesperados en el camino… del mismo modo como sucede en la vida.

Ese “mal paso” destrozó mi tobillo y parte de mi sueño…

Y entonces aparecieron las encrucijadas… nuevos caminos para elegir… El Camino de la “tristeza, rabia, frustración… que marcaba una dirección oscura y tenebrosa.  Y en dirección opuesta, otro camino con muchos más kilómetros por recorrer, pero lleno de luz, resignación, aceptación, paciencia, acompañamiento, apertura, reflexión, contemplación… y con un pensamiento firme: “el próximo año el Camino estará allí esperándote”

Obviamente elegí el segundo.

Decidí “avanzar” siguiendo el patrón constante en mi vida, decidí hacerlo como en las mejores recetas de cocina “a fuego lento”, disfrutando cada paso que daban mis compañeros, analizando mi propio camino de introspección.

Pude mimetizarme en el cansancio de cada tramo. Pude sentir la lluvia mojando mi rostro y el agobio porque no parara de llover. Pero también sentí la bendición que significaba ser mojada por ella… el perfume a hierba húmeda… árboles frondosos y brillantes…

Pude sentir la calidez de cada compañía, en silencio absorta en mil pensamientos, o conversando, conociendo a otros.

Pude vivir cada paisaje desde los ojos de los demás y mi alma se vistió con colores fosforescentes e  intensos.

Pude sentirme a mi… a los otros… a la Naturaleza… y a Dios, a ese Dios al que cada uno le daba una forma interna desde sus diferentes creencias y sentimientos.

Y también llegué a Santiago de Compostela, fundida en un abrazo, en la emoción de una gran Catedral teñida con camisetas azules y la oración de agradecimiento por ese Reto cumplido… Traspasé la nave central de lado a lado, acompañando al botafumeiro… me deslicé entre lágrimas y sonrisas, viviendo la exaltación de un Reto cumplido… y recibí todas las bendiciones.

Mi Camino no se acabó en Porriño… mi camino continuó y seguirá dando sentido a mi vida.

¡Buen Camino!  Y hasta el próximo encuentro…

A veces  “No sólo se hace camino al andar”

Con cariño dedicado a los queridos peregrinos que me llevaron en su camino, y me prestaron sus ojos y su alma para seguir viviendo esta maravillosa experiencia. Y a la Fundación para la Diabetes que tuvo la iniciativa de unir a Asociaciones de personas con diabetes, más allá de la Diabetes… como seres humanos cargados de emociones, solidaridad y generosidad.

Gracias… infinitas gracias.