«Las agujas del SAS me hacen hematomas y tengo que gastarme 40 euros al mes en la farmacia» (Sevilla)
Desde que el SAS cambió de distribuidora de las agujas que les ofrece en los centros de salud a las personas insulinodependientes, los afectados, unos 16.000 de los 105.000 diabéticos que hay en Sevilla, empezaron a notar la mala calidad del material que no sólo se rompía sino que además causaba dolor y hematomas «porque incumple claramente el protocolo de asistencia a este colectivo».
Así lo denuncia Ana María Álvarez Hernández, la presidenta de la Asociación para la Atención y Defensa del Niño y Adolescente Diabético de Sevilla (Anadis) que va a participar hoy en una manifestación convocada por la federación andaluza que acabará en la puerta del Parlamento andaluz para pedir la retirada de estas agujas, las cuales se están proporcionando a los pacientes porque «prima el criterio economicista por parte de la consejería en vez del de la calidad».
Álvarez relata que las «agujas malas» se detectan porque son más endebles y porque tienen menos lubricante de modo que al entrar en la piel «ya se va notando cómo le cuesta trabajo atravesar la epidermis». Desde que el año pasado empezaron a sufrir el cambio los afectados están reclamando al SAS que las retire pero sin éxito alguno, de modo que muchas personas han optado por comprarlas en la farmacia y costear su importe íntegro. Una caja, según la presidenta de Anadis cuesta 20 euros y trae 100 agujas de las que el enfermo precisa 6 cada día, por lo que al mes tiene que comprar dos y costear, por tanto, 40 euros.